miércoles, 27 de enero de 2010

Dispositivo disciplinario VS Fuerza Constitutiva: Ley VS Libertad



I
Quitar la burca para que emerja la boca

“Suspender la ley para que aparezca el poder” es la ley es la instrucción, es la variable que completa la ecuación. Aplicarla nos revelará quién orquesta la banda. Fiel a este axioma ha de enrumbarse cualquier intento de análisis del poder político: cualquier empresa que pretenda indicar la arqueología del poder. Dicha sentencia está de acuerdo con la búsqueda de la Verdad, recordando la Verdad en su definición radical y etimológica-según Martin Heidegger- como un “develar” . La voz Aletheéia significaba en griego antiguo “sin velo”. Claramente, lo que quiero decir es que, la ley enmascara. Como la burqa viste a las bocas que hablan, la ley al báculo que apalea.

En este sentido, Carl Schmitt nos enseña una técnica de identificación de Poderosos: “Soberano es quien decide en el estado de excepción” , es decir, quien tenga el poder de suspender la ley y dictar su propia ley. La ley se suspende y, entonces, emerge la espada. Recientemente , Luis Carlos Sarmiento Angulo el más grande banquero colombiano en Colombia, sugirió al presidente Uribe Vélez un “estado de emergencia económica”. Tres días después se declaró ese estado- contemplado constitucionalmente como estado de excepción. Los banqueros, entonces, tienen el timón y dicen “babor” o “estribor”, según sientan fuerte el viento o agreste el mar.

Entonces, los banqueros están sobre la ley y las instituciones, o mejor dicho, el derecho y el Estado están para el Capital. Pero, ¿En qué sentido el Derecho es amanuense del Capital, y los “representantes del pueblo” vasallos de la burocracia financiera? ¿Cuál es la relación entre las Clases políticas y la Clase dirigente?

II
Aut consillis aut ense.
O por consejos o por la espada


El lema nacional chileno sigue siendo “O por Razón o por la Fuerza”. Apóstoles y próceres chilenos leyeron muy bien las fábulas del Fedro, y en especial “Lupus et agnus” [el lobo y el cordero]. Allí se enseña que los poderosos cuando no pueden someter a los débiles mediante causas ficticias, muestran su verdadera cara: la tiranía, desnudan la espada.

Desde la modernidad y con John Locke, es acertado entender al poder político como una espada. Para Locke, poder dictar leyes bajo pena de muerte es Poder Político . El soberano, para Chile y para Locke, es quien contiene el derecho de matar, es quien puede decir “A esté dejen vivir. A este otro ¡que su sangre empape nuestros surcos¡” Pero, en la modernidad tardía hay un revuelco, una inversión de valores: La máxima ostentación del Poder no será hacer morir sino hacer vivir. Lo cual indica que el pensamiento y sentir de los hombres han cambiado.

Ya no hay Aristóteles que expresen “La mayoría de los hombres soporta muchos padecimientos y se aferra a la vida como si hubiera en ello cierta serenidad” , sino individuos que proclaman la desesperación de vivir y su anhelo de muerte, individuos que se suicidan . Entonces, el Poder Político más allá de hacer morir o hacer vivir, hace sufrir: si quieres vivir hala la espada y asesta en ti, si quieres morir te enrostra la ley y te lo impide. Este es el colmo del abuso .

La reflexión consiste entonces, en expugnar las técnicas y tecnologías del Poder Político, es decir en los mecanismos de producción de sufrimiento inútil. No la producción de ese sufrimiento que se transa por bienes mayores como Fama o Sabiduría, sino el sufrimiento padecido sin ninguna utilidad para sí, es decir, el sufrimiento producido por un Poder omnipoderoso que nos trasciende en Saber y Voluntad, en potencia y en Fuerza. Este es el alfa y omega del asunto: ¿Cómo un grupo de hombres transitorios, débiles, temporales y enclenques son capaces de producir trascendentales, fuerzas, eternidades y vehemencias? ¿Qué mecanismos permiten que una clase política tenga el Poder y domine el saber para mantenerlo? ¿Cómo es posible que una élite ostente el Poder de Matar y de hacer Vivir a sus pobres, si élite y pobres tienen iguales potencialidades? ¿Cómo las relaciones de igualdad se convierten en relaciones de Fuerza y de Dominio?

Claramente estamos preguntando por los mecanismos productores, y no por las causas últimas, por las causas próximas e inmediatas y no por las remotas y lejanas. Preguntamos por los planes de los educadores de la moral; por las tareas de curas, profesores, siquiatras, políticos y banqueros; por la Biblia, por el Plan Decenal de Educación, por los medicamentos, por el Voto y los Centros Comerciales.

Aquella tarea de criar un animal al que le sea lícito hacer promesas incluye
en sí como condición y preparación, según lo hemos comprendido ya, la tarea
más concreta de hacer antes al hombre, hasta cierto grado, necesario,
uniforme, igual entre iguales, ajustado a regla, y, en consecuencia, calculable.
Esta es cabalmente la larga historia de la procedencia de la responsabilidad.

GRAN TESIS
Los sistemas laboral y penal, son mecanismos de poder disciplinario y biopoder, que mediante las instituciones judiciales, penitenciarias y políticas, se afirman como tendientes al bien, la verdad y la belleza, siendo herramientas que construyen sujetos que aceptan la mala paga, la falsa acusación y la muerte grotesca.

III
Criminalizar agregados de individuos

Sé por Foucault que “El poder disciplinario se aplica singularmente a los cuerpos mediante las técnicas de la vigilancia, las sanciones normalizadoras, la organización panóptica de las instituciones punitivas; mientras que el biopoder se aplica globalmente a la población, a la vida y a los seres vivientes” . También sé por tíos Policías que cientos de dispositivos robóticos, informáticos y humanos son aceptados diariamente por trabajadores y víctimas en sus lugares de residencia y de trabajo, sin que nadie levante la voz por tan innovadoras prácticas que restringen su movilidad, expresión y bienestar.

En la Nueva Penología o nueva forma de penalizar grupos de individuos, el monitoreo electrónico, las técnicas estadísticas (VRAG y RAZOR), los boot camps, campos de alta seguridad para drogadictos, el arresto domiciliario, programas de rehabilitación y la biometría informática son prácticas recién aceptadas. Esa última es “la aplicación de técnicas a la autentificación e identificación automática de personas en sistemas de seguridad, y se basa en medir al usuario directa o indirectamente para reconocerlo aplicando técnicas estadísticas y de Inteligencia artificial” .

La biométrica estática se vale de medir la anatomía del usuario por sus huellas digitales, por la geometría de su mano, por el análisis de su iris y retina, por las venas del dorso de la mano y por los rasgos faciales (distancia entre los ojos, abultamiento del mentón, hendidura de los ojos, altura de la frente, etc). La biométrica dinámica por su parte, mide el comportamiento del usuario, valiéndose de su patrón de voz, de su dinámica de tecleo, de la cadencia del paso, de sus gestos y hasta de la firma manuscrita.

Aquí, los indicadores, las tablas de predicción y las proyecciones de riesgo sobre poblaciones, son los insumos por excelencia para hacer de la reclusión y el apresamiento, instancias efectivas para todo “criminal” o “delincuente”. En general, la política criminal ya no se enfoca sobre el que ha delinquido, sino sobre quien pueda delinquir. El prevenir se convierte una vez más, en el fin por excelencia de toda política criminal, y con ello, el vigilar, confinar y controlar poblaciones y grupos humanos se convierten en “las estrellas fijas” de las políticas de seguridad.

La Nueva Penología o forma de victimizar agregados poblacionales es un claro ejemplo de la biopolítica haciendo sus gracias. Paralelamente a los dispositivos que logran penar y acuciar y, en consecuencia, fabricar sujetos, hay formas sofisticadas en el mundo de trabajo que tienen el mismo efecto.



IV
Taylorismo y Fordismo

“Caminar no es productivo” fue el descubrimiento de Ford. Caminar es un tiempo que desgasta la productividad y crea abismos en la industria. Inventa entonces la cinta Ford, que al aumentar la productividad permite aumentar el sueldo de sus empleados. Así, fue el mesías de los trabajadores. También ideó la consigna “todos debéis trabajar para que todos tengáis vuestro carro. Cada trabajador ha de tener su propio vehículo” Dicho lavado cerebral estaba destinado a producir la estabilidad de los trabajadores, no como bondad de la industria para sus esclavos, sino como medida que disminuía los precios sombra en el proceso productivo: los gastos en capacitación, los accidentes de trabajo y la inexperiencia laboral.

En “Tiempos modernos”, filme mudo de Charles Chaplin, Charlotte está loco pues va contra la corriente del American Dream. La caballista consigna “Trabajar, trabajar y trabajar” de Uribe Vélez, ya se establecía en épocas del fordismo, en la cual se consideraba desquiciado a quien se negara a trabajar en las industrias. ¡¿Cómo no vas a querer tener un carro Charlotte?! decían en la fábrica. Hoy dicen ¡¿cómo no vas a querer que no te maten?! Si la fuerza de trabajo de los colombianos redunda en seguridad, ¿Cómo no ser partícipes de las mieles de la “Seguridad Democrática”?

Los dispositivos en el mundo del trabajo están destinados a generar un plusvalor que no le será entregado el empleado. Esa es la magnífica sospecha de Karl Marx en tiempos de basta industrialización y basta pobreza. De esa forma funciona el transe de fuerza física e intelectual por un salario. En la antigua licorera de Nariño la mitad del salario de los empleados era pago en Alcohol para la ebriedad. Incluso, por disposición legal, en Colombia se permite a los empleadores pagar en especie hasta la mitad del salario.

Antes de Ford y de sus ingenios para el robo, y de sus maleficios para hacer ver buena una causa mala, estaba Taylor. Este maniático industrial se caracterizó por medir los tiempos y movimientos de sus trabajadores. Con reloj en mano contaba el tiempo que cada quien gastaba para su labor, lo que permitía saber el rendimiento y establecer una cifra media, la cual indicaba la excelencia o la mediocridad, la inclusión o exclusión del trabajador.

Dichos controles estrictos del tiempo y del movimiento de los individuos, iniciados con el Fordismo y el Taylorismo, constituyen técnicas precarias respecto a los modernos dispositivos de la Administración de Empresas en la vida de los trabajadores.



V
Racismo y Vampirismo


Retomando lo expuesto, tenemos que La Nueva Penología aplicada en los sistemas penales y las herencias del Taylorismo y del Fordismo aplicadas en los sistemas laborales, constituyen formas de fabricar sujetos fabricando verdades. Dicha perversión de la psiquis del individuo, es posible por la fetichización de las palabras y las cosas. Las palabras del Banquero y del Presidente subordinado son irreductibles, y las cosas (la materia) que mantenemos en nuestra órbita de dominio (el carro, el licor, la seguridad) nos dan frescura. Sacralidad y Banalidad, entonces, son dos sensaciones recurrentes en el nuevo sujeto creado. Hacer sacro lo vano y vano lo sacro, constituye la inversión de valores de esta época.

Si la buena remuneración por el trabajo, la prevención del mal y la resocialización del delincuente, si la muerte con sublimidad y dignidad , constituían lo bueno, lo verdadero y lo bello, ello es: lo sacro y divino, ahora la explotación del hombre por el hombre, la afirmación del genocidio y las técnicas de descuartizamiento son las prácticas excelsas. Y lo especial de dichas “habilidades” es que seducen a las gentes convenciéndolas de sus bondades y, así, llevándolas a admitir su propia humillación y destrucción.

A conclusión parecida llega M. Foucault definiendo al Nazismo como “el desarrollo paroxístico de los nuevos mecanismos de poder que se habían introducido desde el siglo XVIII” y concretando a la República del tercer Reich como Estado racista, asesino y, además, suicida.

La alcahuetería del racismo, del asesinato y del suicidio colectivo la hace la Ley, la Política, el Derecho. Un ejemplo: Eichmann, nazi que dio la orden de la llamada solución final luego de la inminente derrota del Reich, fue juzgado en Jerusalem por Genocidio y otros tantos crímenes de lesa humanidad. En su juicio, en más de una ocasión dijo que todas sus decisiones fueron respaldadas por el Reich que era la Ley “La palabra del Reich eran palabras aladas”.

Aquí, se hace de un hombre un fetiche y de sus palabras la ley. El acatamiento ciego y vedado, pero de la mano con un Saber (sea legal, científico o político), son “habilidades” y técnicas interiorizadas que permiten dar razón de cualquier cosa, incluso de justificar la muerte masiva. De dicha manera, se le da sustento jurídico y político a los fenómenos más desastrosos.

El arte, no se queda nunca atrás a la hora de persuadir e incidir al horror. Los estados siguen siendo profundamente racistas, de hecho, su base es la exclusión de los otros y vetar la interculturalidad. Los magnánimos símbolos de las naciones se encargan de inducir a la Guerra, a beber sangre, cual vampiros para seguir viviendo… Para ello, entonemos el primer estribillo de La Marseillaise:


Aux armes, citoyens,
Formez vos bataillons,
Marchons, marchons!
Qu'un sang impur
Abreuve nos sillons!


A las armas, ciudadanos!
¡Formad vuestros batallones!
Marchemos, marchemos,
¡Que una sangre impura
empape nuestros surcos!



IV
Conclusión
La potencia constitutiva de la transgresión:
La libertad


La libertad, la verdadera, la íntegra, aquella que amamos
y por la que vivimos y morimos, construye el mundo directamente,
inmediatamente. La multiplicidad no está mediatizada por el derecho,
sino por el proceso constitutivo: y la constitución de la libertad
es siempre revolucionario

Negri sigue leyendo a Baruch Spinoza, y es enfático en decir que la singularidad del Ser implica su movimiento y, entonces, es principio activo. La dualidad Hombre-Dios se rompe con el movimiento. La materia entonces, es fundamento de la praxis, de la acción política. Por ello la libertad ha de ser revolucionaria pues trasgrede y repliega lo que ella no constituye. El derecho, la moral, el arte han de ser superados y renovados. La política al ser acción no es necesaria solamente posible, entonces todo podría ser como quisiéramos y el fundamento ontológico es el cambio mismo.

En este sentido, la Modernidad intenta fundar el Poder Político en un ente distinto al divino y al puramente natural, en alguien distinto al típico “Pontifex” , y termina creando la figura de La Soberanía y la ficción del Contrato Social. Soberanía y Contrato Social, formas de autentificación de la verdad e inventos jurídicos que sustentaban el Derecho de Asesinar, fueron hechas añicos por el pensamiento materialista.

Antonio Negri leyendo a Spinoza, y Michael Foucault analizando las prácticas históricas del Poder, están de acuerdo en ello:

“Spinoza, cuando afronta temáticas políticas, funda una forma
no mistificada de democracia. Es como decir que Spinoza plantea
el problema de la democracia sobre el terreno del materialismo y,
por tanto, como crítica de toda mistificación jurídica del Estado”

“En vez de preguntar a unos sujetos ideales qué cedieron de sí mismos
o de sus poderes para dejarse someter, es preciso investigar la manera
en que las relaciones de sometimiento pueden formar sujetos”

Negri comienza La Anomalía Salvaje citando a Voltaire “Je ne connais que Spinoza qui ait bien raisonné; mais personne ne peut le lire”. Si logró leer a Spinoza, entonces es más grande que Voltaire, y entonces tiene razón. Entonces, los dispositivos disciplinarios y los biopolíticos pueden dejar de aplicarse y, entonces, evitar racismos, genocidios y suicidios, evitar el exterminio. Las prognosis del fin del hombre, son ideas del hombre y entonces tan sólo contingentes.

Una salida concreta. Negri, en La Crisis del Espacio Político nos descubre una nuevísima tecnología del poder: Las nuevas tecnologías de la Información cuya capacidad original es la desterritorialización. No tan sólo trascienden los límites de la soberanía moderna, sino también el orden y el espacio. Ellas desoberanizan mediante la desterritorialización. Ello no tiene porque ser así, no hay porqué desconocer el Orden en el que estamos inmersos ni tampoco desconocer el Espacio en que vivimos. Mucho menos el sistema penal ni el laboral han de ser incólumes. La trasgresión para la constitución de nuevos (des)ordenes es la propia libertad.

Transgredir la intimidad de la espada es el consejo panfletario de Negri. Desde las cárceles en Italia nos invita a sacar las espadas de su vaina. ¡Y que salgan cortando!

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