miércoles, 27 de enero de 2010

Los Colombicidios no se internacionalizan pero sí la Cocaína.

Los Fenómenos de los cuales parte este ejercicio hermenéutico son los siguientes: Las Fuerzas Armadas Colombianas bombardean la frontera colombo-ecuatoriana al conocer que allí vivaqueaban las Fuerzas Insurgentes de la organización guerrillera FARC. Producto de ese bombardeo, mueren guerrilleros y también mueren estudiantes de la Universidad Nacional de México UNAM. De este fenómeno, parte el siguiente ejercicio hermenéutico, cuyo objetivo es resolver la pregunta:

¿Se “internacionaliza” el conflicto social armado colombiano, cuando por voluntad manifiesta del Estado Colombiano mediante una operación militar se rompen las normas de derecho internacional público respecto a las fronteras, y a la vez se le da muerte a estudiantes no nacionales? ¿Se traslada los efectos del conflicto social armado a los países de Ecuador y México?

La hipótesis es la siguiente: El desplazamiento forzado, el éxodo regional, los estados de indigencia y la precariedad de la salud pública, consecuencia de la existencia de un conflicto social armado, no se trasladan por esa operación militar a otros litorales fuera de los colombianos.

Las relaciones entre los países Estados de Derecho de México, Colombia y Ecuador, se agotan con los vínculos comerciales y jurídicos que mantienen mutuamente, producto de alianzas estratégicas para especializar la producción, distribución y venta de bienes y servicios en el Cono Sur. En dicho sentido, el tráfico de narcóticos y la producción anual de cocaína exigen tener un mercado libre de aranceles y de diques militares que den al traste con el consumo de estupefacientes en el norte de América, en las Europas Insular y Continental, y en el Oriente del Mundo. Así, el único fenómeno que internacionaliza los conflictos locales, regionales o nacionales, es la existencia de Narcóticos, de donde es necesario concluir que las relaciones de Colombia con el mundo son narco-relaciones.

Además, es bien sabido que el único tema de interés político, artístico y moral en el mundo que tiene a Colombia por punta de lanza, es el del Narcotráfico. La ONU y la OEA disponen de instituciones, presupuesto y políticas de inmigración para Colombia, dependiendo de la temperatura del Narcotráfico: la producción anual de cocaína en el país es directamente proporcional al interés internacional del Mundo de interferir en la situación de Derechos Humanos en el país del Sa(n)grado Corazón; además, la realización audiovisual-el cine- nativa y extranjera sólo cuenta con millones de dólares asegurados en las taquillas de los teatros, si cuenta las historias del Arriero, de Rosario Tijeras o de Rodrigo D No Futuro; asimismo, la única tragedia importante para la Madre Iglesia y el único escándalo moral es que Colombia es el primer país productor de drogas en el mundo, y por tanto corruptor del rebaño humano, según ella Colombia hace de un rebaño blanco uno negro.

La existencia de narco-estados es una fuente mundial de usura para el comercio, de inspiración para el arte y de escándalo para la moral. Por eso, la infeliz muerte de unos cuantos insurgentes y de otros tantos “mamertos estudiantes” no le interesa al mundo, no es un fenómeno digno para las maquinarias financiera, hollywodense y confesional. Lo único interesante de que un Estado haya abatido con sevicia y violando las normas de Derecho Internacional Humanitario-pues un ataque sólo se justifica para disminuir la fuerza de combate del antagonista-a una hueste de “violentos y terroristas”, es que el Estado que lo hizo es un Narco-Estado, y por esa consideración quienes murieron se lo tenían merecido pues en Colombia “la violencia es congénita. Nacen violentamente y también mueren así”. Si los nasciturus en Colombia son fruto de violaciones, de incestos, de actos sexuales e inseminaciones artificiales no consentidas, es decir de actos violentos y abusivos, lo propio es que la muerte de los colombianos sea también violenta y abusiva. Esto tiene su razón directa y radical en la Filosofía, pues ella enseña que “las cosas se deshacen como se hacen”. Si somos hijos del Caos, nuestros verdugos serán también hijos del Caos. En sencillo romance: “los colombianos no pueden evitar ser violentos, pues trasgredirían la voluntad divina, negarían su Acto de Ser”.

De esta manera, el conflicto social colombiano no se puede internacionalizar pues nuestro conflicto es… ¡nuestro conflicto!, nuestra identidad es ¡nuestra identidad! Así como Colombia se identifica por ser “Pasión”, también se identifica por ser “Pasión por la violencia”, y-como lo dice la pauta publicitaria-el riesgo para un extranjero está en que se quede. La Pasión por la Violencia es algo que sólo les interesa a los habitantes de Macondo, y por tanto, a nadie más en el extranjero le interesa esa naturaleza violenta con la cual han sido determinados.

De igual forma, a como la identidad del colombiano sólo le compete al colombiano, los productos de su identidad-el desplazamiento forzado, el éxodo regional, los estados de indigencia y la precariedad de la salud pública-solamente le compete al colombiano. Las bandas de delincuencia común, las de políticos y empresarios; las guerrillas que han olvidado su filosofía, los grupos paramilitares, la Fuerza Pública y la Fuerza Privada, las técnicas de descuartizamiento, las mutilaciones, los genocidios, los uxoricidios, los infanticidios, los magnicidios, los colombocidios, son todas cosas que les interesa a los colombianos, a nadie más. Por dicha consideración, lo que en Colombia se exporta no son Colombocidios, sino palma de cera africana, toneladas de bioenergéticos, y eso sí, mucha pero mucha cocaína. Eso es lo internacionalizado.

"El alemán"-narcotraficante capturado- en entrevista publicada en el Espectador, dice que por cada kilo de cocaína que sale de las costas colombianas, el impuesto o “gramaje” cobrado por los grupos paramilitares en el Urabá antioqueño, es de $500.000. Según él, unas 9 toneladas son producidas y sacados mensualmente. No obstante, su testimonio peca por mentiroso al subestimar las dimensiones del narcotráfico y del flujo de dinero. Ello se explica, recordando que “el Alemán” ha roto la ley de la “omerta paramilitar”, la ley del silencio, es un “sapo” para los “hidalgos y valerosos paras”; está colaborando con el gobierno de los E.U., y eso incluye, también, mentir sobre la producción de coca para justificar y mostrar el aparente éxito de la Guerra contra las drogas.

Según un estudio del cura italiano Alessandro Donatti, fundador de un grupo social antimafia, la producción anual de Coca en Colombia ronda por ¡las 2.000 toneladas !
“Una estimación de la producción colombiana para 2008 de al menos 2.000 toneladas ha de considerarse prudente, por más que sea tres o cuatro veces mayor del cálculo de la ONU y cuatro o cinco veces mayor de los de Estados Unidos”: Ver http://pedroayres.blogspot.com/2009/01/coca-made-in-cia.html

"La producción anual de cocaína en Colombia es de 2.000 toneladas, 3,3 veces superior a las evaluaciones de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga (UNODC) y 3,7 veces superior a las evaluaciones estadounidenses", sostiene Libera. Ver: http://www.viva.org.co/cajavirtual/svc0152/index%20-%20pagina%206.html


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